Hace algún tiempo conocí a un grupo de personas humanas con las que pensé que iba a encajar a la perfección.
Craso error el mío.
Puede ser cosa de la edad o tal vez la distancia, pero veo que nada es como antaño.
El contacto ya no es el mismo.
Ese grupo ha ido evolucionando, manteniendose más unido y me atrevería a decir que ha ido creciendo.
Yo en cambio me he estancado y no veo forma de avanzar.
Y cada día me siento más alejada del grupo.
Aunque siendo realista, creo que nunca formé parte del todo.
Con unas personas tienes más feeling que con otras.
Eso es de cajón de madera de pino.
Intentas socializar con todos de una misma forma pero es imposible.
Por H o por B nada sale como esperas.
Y es cuando comienzas a apartarte y a distanciarte sin querer.
Se te van torciendo las cosas y te vas descolgando del grupo.
Con pena ves que siguen hacía adelante sin esperar por ti.
Intentas día tras día seguir ese ritmo pero no puedes.
Y te encabronas.
Pasa el tiempo y quieres tratar que todo vuelva a ser como antes pero no.
No hay forma o no encuentras el como hacerlo exactamente porque eres tan nula que no das para más.
Y solo quieres llorar.
Llorando no se soluciona nada, pero al menos te desahogas.
Y solo te queda recordar y asumir que ya nada será igual.
No se puede volver atras en el tiempo para reparar los errores cometidos.
No se puede desdecir lo dicho, ya que lo dicho dicho queda.
(...) Esta entrada iba a ser un balance del año que hace nada nos dejó, pero se ha acabado convirtiendo en un (breve) resumen de los últimos 3 años.
Aunque el resumen del año con 3 palabras lo hago; AÑO DE MIERDA.
Pero también puedo extenderme un poco más.
Cinco intentonas de conseguir el carnet de conducir y las cinco fallidas.
Tropecientas entrevistas de trabajo y sigo formando parte de la empresa más grande de España: INEM.
Un año más sumando decepciones.
Un año más cabreada con casi toda la humanidad.