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jueves, 2 de febrero de 2012

Porque NO!

Había perdido todo
Sus sueños, sus ilusiones y algo que nunca se debe de perder; la esperanza.
Nada quedaba ya.
Pero un día, todo cambió.
Vagaba por las calles, sin rumbo, sin dirección.




De repente, se quedó mirando al viejo edificio aquel.
Algo que vió en una de las ventanas captó su atención.
Ladeo la cabeza, encogió los hombros y pensó "Por qué no?"
Atravesó esa puerta vieja, pesada, chirriante.
No tenía ni idea de lo que allí se iba a encontrar.
Imaginó en un microsegundo que todo sería oscuridad, silencio, soledad, pero no.
Por una vez en su vida; se equivocó.
Era todo luz y vida.
Se asustó tanto que quiso escapar pero sus pies no se movían.
Su cuerpo no respondía.
En su cabeza una voz no paraba de gritar "Quédate! Si no lo haces, te arrepentirás!"
Tomó aire con tanta fuerza que creía morir.
Soltó un enorme suspiro y se dijo para sus adentros "Y por qué no?"
Y en ese momento empezó todo de nuevo.
Era extraño volver a sentir.
Era extraño volver a tener algo en la vida.
No era nada material, pero era "algo"
Ese algo que no se ve, que no se toca, pero que sí se siente.
Su cabeza volvía a funcionar.
Iba por el aire, a su aire.




Todo volvía a estar bien.
A medida de que iban pasando los días, se iba sitiendo un poco mejor.
Ya se había habituado a los extraños primeros momentos de aquel lejano día.
El miedo desapareció.
Día si y día no, volvía a sonreir.
Se miraba al espejo cada mañana y tan solo por su pensamiento paseaba un "Y por qué no?"
Nada ya podía salir mal.
Estaba en el camino correcto.
Estaba haciendo algo con su vida.
Hasta que un pequeño cambio comenzó a trastocar su nueva vida.
Algo se estaba empezando a remover en su interior.
Algo que no esperaba.
Eso ya no gustaba.
Sentía una enorme incomodidad por ello.
Qué podía hacer?
Podría alejarlo ésta vez?
En un mar de dudas y de incertidumbres volvía a nadar.
Eso no podía estar pasando otra vez.
Tenía que alejarse de aquello que tanto molestaba.
Pero como una polilla a la luz, volvía a dejarse llevar.





Veía su muerte en vida una vez más.
Y no quería que eso pasase.
Cabeza fría. Corazón frío.
Esa debía de ser su máxima en la vida.
Cero empatía.
Pero no podía.
Se estaba viendo en el pozo otra vez.
Sin luz, sin salida.
Estaba a tiempo de no caer, de no tropezar una vez más.
Dentro de su cabeza un enorme eco repetía sin cesar "Y por qué no?"
Y en esa pregunta encontró la respuesta "PORQUE NO!"












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