Ya hace demasiado que no posteo nada, pero es que la inspiración me ha abandonado, lo mismito
que el desodorante que abandona a algunos desde primera hora de la mañana.
Y como ando falta de ella os voy a hablar de mi "maravilloso" trabajo.
Desde hace casi 4 meses trabajo como reponedora.
Qué interesante, eh?
Fascinante me atrevería a decir.
Os pensaréis que soy la típica que llega a primera hora al super de turno, coloca
lo que tenga que colocar y se pira.
Sin más.
Que es un trabajo para que el que no hace falta ser un ingeniero ni tener un máster
del universo ni nada similar, verdad?
Un trabajo que hasta el más tonto del pueblo puede hacer.
Pues va a ser que no.
No soy la típica reponedora. Para nada!
Mi semana empieza en lunes y acaba en sábado, como el de una gran parte de los mortales.
Hasta ahí nada del otro jueves.
Me levanto todos los días a la misma hora; a las 5; 30 de la mañana, me ducho,
desayuno, me visto y me doy un bonito paseo de unos 40 minutos hasta mi currele.
Empiezo a las 7:00 a recorrerme todo el super repasando lo que hace falta.
Saco del almacén todo el género que tengo allí y lo voy colocando, pero no
sin antes mirar y quitar lo que esté caducado para evitar problemas.
Ah! Y sin olvidar pasar el polvo a las baldas que una será pobre pero mú limpia!
Tan solo eso me lleva algo más de una hora.
A las 8:00 sí o sí, salgo al muelle de carga a recibir el pedido con confetis y
hasta con la banda de música.
Me aseguro que me han enviado todo lo que previamente he pedido al call center el viernes.
Sí, me encargo yo misma de pedir un poco a ojo lo que puedo necesitar para tener todo
rellenadico y que la empresa mother no multe a la mía.
Yo soy como Juan Palomo; yo me lo guiso, yo me lo como.
Después de estar casi media hora esperando a que el amo y señor del almacén me deje entrar
con el pedido y a que los repartidores de otras empresas pasen antes
que yo, comienza la carrera del día.
Tengo escasa hora y media para rellenar todo lo que me falte y para repasar lo que tengo
que pedir al día siguiente.
Salgo con semejante sudada que riéte tú de una sesión de spinning o de pasar un par de horas
en una sauna follando sin parar.
El martes más de lo mismo, pero sin carrerón, ya que no hay pedido.
Tan solo debo de asegurarme de que no me voy a pasar ni a quedar corta en el pedido.
Sobre las 11:00 o las 13:30 me llama la amable operadora del call center (LA ÚNICA PERSONA QUE ME LLAMA POR MI NOMBRE) y esté dónde esté
y esté haciendo lo que esté que haciendo, tengo que atender el teléfono sí o sí para
evitar que multen a mi empresa.
Sí. Según una de mis tropecientas supervisoras, la empresa mother les multa desde por
haberme dejado un paquete caducado hasta por si me tiro un pedo.
El miércoles es igualico que el lunes, con la variante de que cada dos semanas tengo que
hacer unos montajes estupendos de unos expositores tamaño familiar que casi se pueden
ver desde la estación espacial internacional.
Y ese día ni Bolt sería capaz de salir a la hora.
Y mientras que a los demás reponedores les echan una mano, a mi me la echan pero al cuello.
Yo no tengo ayuda para nada.
Debe de ser o que soy la más mejor del mundo mundial y me sobrevaloran o que soy una leprosa.
Una de esas dos opciones debe de ser.
El jueves es igualico que el martes. calcadico, calcadito.
El viernes es idéntico al lunes y el sábado es como de transición.
Es el día más light de toda la semana.
Antes tenía una jornada de 20 hora semanales y andaba justa.
Ahora con el recorte de jornada ando peor que las putas en cuaresma, pero hey!
AGRADECIDA ME HAYO POR TENER TRABAJO AUNQUE TENGA UN SUELDO NETO DE 327 €.
Y eso es lo que me tiene tan entretenida todos los días desde finales de mayo.
No es la panacea y no voy a salir de pobre, pero menos da una piedra.
Me siento como el último mico o la última mierda ya que nadie me llama por mi nombre, pero
hey! es lo que hay.
Me miran como por encima del hombro, me ignoran la mayor parte del tiempo, pero a mi, plín.
Yo al trabajo no voy a hacer amigos.
Voy a trabajar y ya.
Sin más.
Es una mierda? Sí.
Estoy contenta? No.
Desearía otro trabajo más digno? Sí.
Pero mientras aparece o mientras me dejen, así seguiré por los siglos de los siglos. AMÉN.