Intento recordar alguna navidad que fuera feliz para mi y no la encuentro.
O mi memoria es muy selectiva o realmente no hay ninguna que sea memorable.
Sólo recuerdo pequeñas cosas sueltas: una muñeca llorona,
un libro "Exploradores",
un puzzle de Spiderman,
clicks de Famobil a montones....
Recuerdo navidades con mis padres, con mis tíos, con mi madre, con mi tía y mi madre, con mi tía... pero nunca unas navidades con toda la familia unida.
Me vienen a la mente las peregrinaciones en busca de regalos que se hacían el día 25 por la mañana pero no recuerdo que tuvieran mucho éxito.
Por mas que buceo en lo mas profundo de mis recuerdos... nada, no hay nada.
Por eso mismo me resulta tan difícil desear una feliz navidad de corazón.
Lo mismo que yo jamas las tuve, hay muchisima gente en mi misma situación y que piensa lo mismo que yo.
Son días de feliz falsedad, feliz hipocresia, felices buenos deseos y propósitos que terminan olvidados en cualquier rincón cuando se acaban estas fechas.
Alguien dijo " Estas fechas son como una gripe que debemos de pasar una vez al año por cojones"
Y así lo veo yo.
Sólo espero que el próximo año no sea tan cabrón ni tan hijo de puta como éste que se está acabando.
Datos personales
- Quemedejesya
- Quien quiera saber mas de mi, que me pregunte y veo si contesto o no
lunes, 27 de diciembre de 2010
domingo, 19 de diciembre de 2010
Rutinas, siempre la misma rutina
Todos los días la misma rutina desde hace ya demasiado tiempo.
Madrugar sin motivo.
Vagar como alma en pena por casa sin saber que hacer.
Ejercer de maruja solitaria un día tras otro.
Pasarme horas muertas delante del puto ordenador.
Salir al mundo exterior nada más que para comprar suministros para llenar la nevera.
Dormitar en el sofá todas las tardes hasta que aparece mi churri.
Y cuando llega él dependiendo de lo cansado que esté o salimos a que nos de el aire (en rara ocasión) o nos quedamos pegados a la caja tonta hasta que el sueño nos vence o él se tiene que ir a su casa.
Emocionante, eh!?
Eso es mi día a día.
Discutir con los gatos, mirar por la ventana, hablar con mi tía...
Si, hablo con mi tía ya que la tengo en casa y no tengo intención de deshacerme de las cenizas.
Estoy loca?
No, para nada, aunque alguno lo pueda pensar.
Es de lo más normal por lo que me han dicho varias personas que tienen a su familiar en casa, metidito en una urna.
Me hace mucha compañía aunque no lo parezca y cada vez que entro o salgo de casa la saludo, aunque no me contesta.
En vida tampoco contestaba ya en sus últimos meses, así que no aprecio diferencia en ese sentido.
martes, 14 de diciembre de 2010
Así estamos. Así pensamos.
Todo el mundo tiene (aparentemente) una vida maravillosa, llena de alegrías, de buenos amigos, de viajes increíbles...
Y yo que coño tengo? El día y la noche como decía mí tía.
El sol y la luna nada más.
Me corroe la envidia y así no se puede vivir.
Me estoy planteando evaporarme de la vida 2.0 para que desaparezca eso que me hace sentir tan rematadamente mal.
Quizás todo sea fachada, una ilusión.
No lo sé, pero ante la duda prefiero irme para no ver nada.
Ojos que no ven, corazón que no siente. No?
Lo sentiré? Si.
Me arrepentiré? Quizás.
Me echarán en falta? Puede.
Debo de buscar una salida, una solución.
La vida 2.0 es/era mi válvula de escape, mi nexo de unión con el exterior y con otros seres humanos pero en vez de reconvertirme en la persona que era hace un año, no sé en que me está convirtiendo.
Siempre me consideré una persona afable, sociable, extrovertida, muy poco reservada, muy realista, atenta, detallista, altruista al 100%, alegre, vivaz, cuerda, coherente, empática... pero ahora mismo no atisbo casi ningún rasgo de los que antaño tenía (o creía tener) en mi persona.
Lo que veo y siento no me está gustando nada: odio, rabia, amargura, envidia, ira...
Me siento uraña, arisca, borde, desagradable, irascible, altamente depresiva, apática, triste...
Creo que estoy perdiéndome poco a poco debido a la cantidad de sucesos poco afortunados que estoy viviendo de unos años para acá y se está dejando ver ya en la vida 2.0 y eso no gusta y no puede ser.
Quiero ser la que era y eso sólo está en mi mano.
Lo sé y necesito arreglarlo.
Lo malo es que no encuentro la forma de hacerlo por más que la busco.
Antes cuando me sentía así con una escapada a Madrid se arreglaba pero ahora ya no es suficiente.
Mi mundo se está iendo al garete por momentos y siento que me iré con el si no pongo remedio.
Es muy fácil decir: Ánimo! Todo se arreglará. Todo saldrá bien.
Pero no sirve de nada porque nadie está en mi situación ni se pone en mi pellejo como para ver con mis ojos el futuro que me depara como siga por ese camino tan lleno de oscuridad.
Con el paso de los años la gente tiene tendencia a avanzar, a evolucionar, normalmente para mejorar, pero en mi caso voy para atrás.
Posiblemente vaya siendo hora de que recurra a un profesional para que me atiborre a medicación para de esa forma no sentir nada y no pensar.
Vivir en un estado semi-vegetativo no creo que sea tan mala idea ahora mismo, dado mi estado de ánimo.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Desvarios de una noche
No sé.
Vaya frase para comenzar, eh!?
Pero es la verdad.
Ahora mismo no sé si subo o si bajo, si voy o si vengo, si estoy viva o muerta.
No sé en que estado me encuentro realmente.
Odio al mundo en general o sólo a algunas personas?
No sé.
Odio mi vida o envidio la de los demás?
No sé.
Vivo sin vivir en mi y de vivir así me muero.
Libre adaptación, como debe de ser.
Desvariaré.
Es lo único que a ciencia cierta sé.
Palabras que no dicen nada.
Frases que no entiendo ni quiero entender.
Silencios eternos, vividos en soledad.
Noches de insomnio.
Malestar general a todos los niveles pero más quizás emocional.
Será cosa de las fechas?
Será cosa de la edad? No sé. Y no.
Me duele la cabeza. Siento que me va a explotar. No pensar. Ese lema me lo repito sin cesar pero no lo puedo evitar. Soy adicta al dolor en desintoxicación. Soy masoca.
Sé lo que va a pasar y no quiero.
Lo debo de evitar a toda costa pero es superior a mi.
Querer es poder pero el deseo sale siempre vencedor y cedo a su presión. No se entiende nada.
Qué más da!?
Para qué entender?
Para qué razonar?
Esas voces me gritan: NO! pero las sombras me atraen como polilla a la luz.
Moriré si no dejo de perseguir sombras en el jardín.
Debo bajar a la tierra.
Sentir el duro asfalto golpearme sin piedad una vez más.
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